El
ruido acústico es una consecuencia
directa de las acciones diarias llevas a
cabo en las ciudades. Siendo la
principal causa la actividad realizada
por los seres humanos, por ejemplo con
los transportes, la construcción de edificios, las obras públicas y las
industrias entre otras.[1]
En
los núcleos urbanos las fuentes de contaminación acústica son muy diversas,
pero generalmente podemos englobarlas en 4 categorías que son[2]:
- Tráfico rodado, circulación de vehículos: Aproximadamente el 80% del ruido producido en una ciudad.
- Obras y construcciones industriales: Aproximadamente el 10% del ruido total.
- Ferrocarriles: Aproximadamente el 6% del ruido producido.
- Bares, locales, musicales y otro tipo de actividades: Forman el 4% del ruido restante.
Destacan como más ruidosas las zonas próximas a vías de ferrocarril, autopistas o vías rápidas, aeropuertos, etc. Pero, por regla general, los problemas de salud generados por el ruido, más que por una causa puntual, se derivan de una multiexposición en distintos entornos, dependiendo siempre del tiempo de exposición y de la sensibilidad de cada individuo. A diferencia de la mayoría de los contaminantes, las consecuencias sobre la salud de las personas derivadas del ruido se producen de forma acumulativa a medio y largo plazo.[3]
[1] Ayuntamiento
de Madrid. (2012b). La Contaminación
acústica. Recuperado de: http://www.mambiente.munimadrid.es/opencms/opencms/calaire/contAcustica/portadilla.html
[2] Línea
Verde.( s.f.). Contaminación acústica.
Recuperado de:
http://www.lineaverdemunicipal.com/consejos-ambientales/contaminacion-acustica.pdf
[3] Línea
Verde.( s.f.). Contaminación acústica.
Recuperado de: http://www.lineaverdemunicipal.com/consejos-ambientales/contaminacion-acustica.pdf
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